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Panificadoras para Casa | Pan casero, Sano, Fácil y Económico

La mesa mediterránea no se podría explicar sin la presencia del pan. La industria alimentaria, en su afán por poner a nuestra disposición productos cada vez más económicos, ha ido empobreciendo sus formulaciones hasta dar como resultado un pan que dista mucho de ser rico y saludable. ¡Pero eso se acabó! Gracias a las panificadoras podremos empezar a inundar nuestra casa con los olores de los obradores de antaño.

 

Panificadoras y todas sus posibilidades

 

Si estás casando de comprar pan con ingredientes de ínfima calidad, con olores y sabores que no deberían estar ahí, y sin una información exacta sobre su formulación y trazabilidad, debes empezar a plantearte hacerlo tú mismo. ¿Complicado y engorroso? ¡Para nada! Las panificadoras actuales están pensadas para que todo el proceso de elaboración sea desatendido.

Las Mejores Panificadoras para Casa.

Elaborar nuestro propio pan, además de resultar enormemente gratificante y, en ocasiones, hasta divertido, nos retrotraerá a una época donde la calidad de las materias primas y el mimo en la manufacturación de las mismas eran un estándar.

 

 

Marcas de estos electrodomésticos de cocina.

Estas son las principales marcas de panificadoras que hay en el mercado, para hacerte una mejor idea de las posibilidades que existen y para no equivocarte al elegir la marca de la tuya.

 

 

¿Por qué hacer pan en casa con una panificadora? Ventajas.

Calidad y control.

Los controles de calidad de un producto empiezan desde la selección y adquisición de las materias primas, pasando por todo el proceso de manufacturado y, terminando, por el estricto control de la higiene a lo largo de todo desarrollo. Esto es resulta especialmente relevante cuando somos intolerantes a algún cereal o hay algún intolerante en la familia. Ahora podremos supervisar de primera mano todo el proceso. Podremos elegir qué harinas comprar, cómo debe desarrollarse el proceso de amasado y fermentación, amén de cuidar que no exista contaminación cruzada en la manipulación de ingredientes.

Coste.

El coste habitual de una barra de pan de calidad contrastada, es decir, fabricada en un obrador artesanal, que además de cuidar la selección de ingredientes dedica tiempo y esmero al proceso de amasado, fermentación (respetando los intervalos) y cocción, no suele ser inferior a 2€, en función del tamaño y el punto de venta. Con nuestra panificadora podremos emular un pan de estas características a un coste muy inferior. Además, por si te lo estabas preguntando, energéticamente hablando producen un gasto bajo.

Sencillez y rapidez.

Para un momento. ¿Me estás diciendo que puedo realizar desde la comodidad de mi hogar un pan de calidad homologable a la de un obrador artesanal? ¿Pero para eso tendré que tener unas nociones más que básicas sobre el proceso de formación del pan, no? La razón de ser de los panificadores, radica precisamente en el hecho, de que cualquiera, aún partiendo de conocimientos nulos de cocina, puede empezar rápidamente a elaborar panes exquisitos a una velocidad pasmosa.

 

Panificadora Moulinex Pain Dore

 

Basta con seguir alguno de los programas que la panificadora trae predefinidos, añadir los ingredientes en la proporción indica (algunas incorporar báscula, para que no te tengas que preocupar de nada) y dejar que el programa automático haga su magia. Sin más. El tiempo vendrá determinado por el programa seleccionado y el tiempo de fermentación, pudiendo modificar este parámetro a nuestro antojo.

Limpieza.

Cuando oímos hablar de amasados y todo este tipo de procesos relacionados con la repostería y la panadería, vienen a nuestra cabeza imágenes dantescas, donde las cocinas quedan anegadas de cacharros sucios de los que es imposible desincrustar los restos de masa. Eso forma parte del pasado. Cualquier producto tecnológico se concibe con una vocación clara de practicidad. Las cubetas de las panificadoras quedan prácticamente impolutas cuando desmoldamos nuestro pan, y además son aptas para lavavajillas.

Nutrición y dietética.

Nada de esto tendría sentido si no fuera porque además de ahorrarnos tiempo y dinero, estaremos cuidando nuestra salud y la de los nuestros. Las harinas refinadas están relacionadas con la alteración de ciertos indicadores cardiovasculares. Al adquirir una panificadora podremos elaborar panes de centeno, cebada, espelta o cualquiera que podamos imaginar.

Expande tus horizontes culinarios.

No todo queda circunscrito al pan con las panificadoras. A nadie le amarga un dulce de vez en cuando, eso sí, siempre con mesura y cuidando los ingredientes, nuestra salud y nuestra conciencia nos lo agradecerán. Elabora pan de leche, magdalenas, bizcochos y mermeladas con la misma facilidad. ¡Hasta puedes animarte con tu propia pasta fresca!

¿Cómo funciona?

Qué tener en cuenta a la hora de comprar una panificadora.

Tamaño.

El primer punto que debemos tomar en consideración cuando adquirimos una panificadora o cualquier otro útil de cocinado es el tamaño. Este suele venir definido, en el caso de las panificadoras, por el peso máximo del pan que podemos realizar. Esto no quiere decir que siempre nos tengamos que ver obligados a realizar un pan del tamaño máximo, aunque sí se nos indicará un mínimo. Suelen partir de un mínimo de 500 gramos y llegar, en algunos casos, hasta los 2 kilos. En función de la cantidad de pan que esté presente en nuestra dieta y el número de comensales habituales elegiremos un tamaño u otro. Entre 500 gramos y un 1 kilo es lo habitual, o lo que es lo mismo, entre 8 y 14 rebanadas.

 

Tipos y tamaños de panes

 

Seguridad alimentaria.

La industria ya ha dejado atrás al temido Teflón, o por lo menos en España. Algunos compuestos de este material están bajo sospechas por las agencias nacionales de seguridad alimentaria, ya que cuando se volatilizan permean en los alimentos y pueden resultar nocivos, en según qué dosis, a largo plazo. Muchos fabricantes están optando por recubrimientos cerámicos o acero inoxidable, sin embargo esto no siempre es así, y algunos modelos aún incorporan recubrimientos antiadherentes que pueden generar dudas sobre su seguridad. En la actualidad hay una legislación férrea sobre el uso de estos antiadherentes y podemos descansar tranquilos sabiendo que están libres de cualquier compuesto nocivo que pueda perjudicarnos.

Potencia.

Los fabricantes indican la potencia en W, este indicador está íntimamente ligado con el tamaño, la rapidez y a menudo también con el número de funcionalidades del aparato. Desde 500W hasta 800W o incluso 1000W. Realmente, a nivel usuario, no es un dato que deba preocuparnos ni sobre el que tengamos que tener fijación. La potencia que los fabricantes otorgan a sus aparatos es suficiente para cumplir con cualquier rutina de tareas que venga predefinida.

Funcionalidades.

Las funcionalidades se pueden dividir en específicas y genéricas. Las específicas tienen que ver con los programas predeterminados para elaborar pan. Depende del modelo, su potencia, tamaño y precio, tendremos disponible un abanico más o menos amplio de tipos de pan. Incluso los modelos más económicos cumplen holgadamente con las expectativas de cualquier usuario.

Podremos elegir además el punto de tostado o el tamaño del pan a placer.

 

Diferentes tipos de dorados de la corteza

 

Cuando hablamos de funcionalidades genéricas nos referimos a funciones que son extrapolables a cualquier elaboración, y que tienen que ver más con el funcionamiento del aparato que con una elaboración en concreto. Así, podremos definir cuando queremos que nuestra panificadora empieza a trabajar, para planificar, por ejemplo, el momento exacto en el que queramos que el pan esté listo. En gamas medias y altas tendremos incluso funciones similares a las que puede desempeñar un horno.

Accesorios.

Otro reclamo habitual de los fabricantes son los accesorios, que permiten ampliar las posibilidades del aparato. Básculas, vasos medidores, cucharas, recetarios y un sin fin de extras que prometen dar aún más versatilidad a nuestra panificadora.

Posibilidades y recetas a la hora de cocinar, también sin gluten.

Podremos realizar pan de molde, barra de pena o baguette, entre otros, siempre y cuando nuestra panificadora así lo especifique. Elegir si queremos una corteza más dura o más blanda, más o menos tostada, en función de la humedad y temperatura de cocción, pudiendo delegarlo todo a cualquiera de los programas específicos para dicha tarea.

Si nosotros, alguno de nuestros familiares o mismamente algún invitado, es intolerante al gluten, podemos respirar tranquilos. Todos los modelos del mercado incluyen ya guías para la elaboración de panes aptos para celiacos. Eso sí, debemos limpiar muy bien previamente la cubeta, para evitar cualquier tipo de contaminación cruzada.

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